Conducción: definición y significado

modified: 3 de diciembre de 2024

Conducción

 
La conducción es la transmisión de energía, ya sea calor o electricidad, desde un electrón en un átomo a otros electrones y átomos adyacentes. La conducción es una de las principales formas en que la energía térmica puede transferirse de un lugar a otro, junto con la convección y la radiación. 
 
En términos generales, hay dos tipos de conducción. La conducción en estado estacionario es aquella en la que la temperatura permanece constante en cualquier sección. La conducción transitoria, también conocida como conducción en estado no estacionario, es aquella en la que las temperaturas pueden cambiar en cualquier parte dentro de un objeto en un momento dado. 
 
Las calderas son aparatos que calientan agua para proporcionar agua caliente o calentar el hogar y, como tal, la conducción es un proceso crucial. El proceso de conducción se encarga de transportar la energía térmica que se genera durante el proceso de combustión a tubos que se llenan de agua dentro de la caldera. A medida que la energía térmica (una llama en las calderas de gas) entra en contacto con la parte exterior de los tubos, es conducida desde la región de alta temperatura (el tubo caliente) a la región de baja temperatura (el agua). Así se produce la transferencia de calor. Esto aumenta la temperatura del agua, haciendo que se convierta en vapor. 
 
Un problema de las calderas es la alta conductividad. Esto se refiere a la alta capacidad del agua de conducir la corriente eléctrica. Hay diferentes factores que afectan la conductividad. Estos incluyen las características geométricas, como lo es al área de la sección transversal del material utilizado, y también el espesor del material. Las diferencias de temperatura y la conductividad térmica del material del tubo afectan a la velocidad de transferencia de calor. Otro problema es un mantenimiento deficiente, reflejado por ejemplo, en un alto nivel de incrustaciones. Esto da como resultado la acumulación de cal, que tiene una baja conductividad térmica. Como resultado, la caldera se vuelve menos eficiente y consume más energía. Otra consecuencia grave es la contaminación de la caldera. 
 
Por lo tanto, es imperativo mantener adecuadamente la caldera. Esto garantiza que todas sus piezas funcionen correctamente para maximizar la eficiencia y permitir un uso seguro y a largo plazo.